sábado, 10 de junio de 2017

Crisis española de 1917

Este año se celebra el centenario de la crisis que afectó a España en el año 1917. En la siguiente entrada, expondré los principales acontecimientos característicos que se sucedieron en el año 1917, para poder conmemorar este centenario:

En el año 1917, el sistema político de la Restauración se veía aquejado por enormes dificultades, derivadas del enfrentamiento entre los partidos dinásticos, del creciente intervencionismo del Ejército en la vida política y de la agudización de la conflictividad social.

A ello se le había sumado el impacto económico de la Primera Guerra Mundial, que había causado un aumento de la inflación y del desequilibrio salarial que ahondaron el descontento social. Por último, las perspectivas revolucionarias ante el estallido de la Revolución Rusa provocaron que, durante el verano de 1917 se desencadenara una profunda crisis que evidenció la desintegración del sistema.

- CRISIS MILITAR

La injerencia del Ejército en la vida política del país con el riesgo que ello comportaba para la estabilidad del sistema, había ido aumentando desde comienzos de siglo. Especialmente significativo fue el asalto que un grupo de militares realizó en 1905 a las redacciones de la revista satírica
¡Cu-Cut! y del periódico La Veu de Catalunya como respuesta ante una caricatura que los militares consideraron ofensiva. En lugar de castigar los hechos de los militares, el Gobierno promulgó la Ley de Jurisdicciones (1906), por la que se ponía bajo jurisdicción militar toda ofensa a la unidad de la patria, la bandera o el honor de los militares, lo que estimuló el intervencionismo castrense y, como respuesta, el nacionalismo catalán.

El descontento de los militares también estaba motivado por la disminución del valor de sus salarios como consecuencia del aumento generalizado de los precios. Además, la controvertida política de ascensos, que premiaba los méritos de guerra, favorecía a los oficiales africanistas en detrimento de los peninsulares, que se sentían agraviados.

En este contexto, se crearon las Juntas de Defensa, asociaciones militares que exigieron mejoras económicas, y otras medidas, como la disminución del número de oficiales o acabar con la política de ascensos por méritos de guerra, sustituida por la antigüedad en el cuerpo como único criterio objetivo. Como respuesta, el Gobierno de Eduardo Dato decidió suspender las garantías constitucionales, así como clausurar las Cortes e incrementar la censura en la prensa.

- CRISIS POLÍTICA

La decisión del Gobierno de suspender las garantías constitucionales estimuló a Francesc Cambó, líder de la Lliga Regionalista, a promover la creación de una Asamblea de Parlamentarios que permitiese formar un Gobierno provisional y convocar unas Cortes Constituyentes. Se trataba, en suma, de un nuevo intento regeneracionista que pretendía romper el sistema de turno, combatir el peso de las oligarquías, consolidar la separación efectiva de poderes y plantear un modelo de Estado descentralizado.

Para reforzar su posición, la Asamblea convocó una reunión para que todos los diputados y los senadores pudieran integrarse en ella. Pero la reunión, que acabó siendo disuelta por la fuerza pública, no consiguió cumplir sus objetivos, ya que finalmente solo acudieron 71 de los 760 parlamentarios citados. El motivo puede explicarse por la creciente agitación social, que contuvo a la burguesía por miedo a que la iniciativa terminase adquiriendo tintes revolucionarios.

- CRISIS SOCIAL

La conflictividad social había aumentado notablemente durante la Primera Guerra Mundial como consecuencia del alza de precios y del mal reparto de los beneficios de la expansión económica. En consecuencia, el sindicalismo obrero adquirió un mayor protagonismo y exigió la aplicación de medidas tendentes a la reducción de la desigualdad social.

En este contexto, en agosto de 1917, tras un conflicto ferroviario en Valencia, los sindicatos socialista y anarquista decidieron convocar una huelga general. Aunque el seguimiento fue muy desigual, la huelga adquirió una gran relevancia en los centros fabriles de Cataluña, Madrid, Asturias y País Vasco. Ante el peligro del estallido de una revolución, el Gobierno declaró la ley marcial, que facultó al Ejército y a las fuerzas del orden para reprimir la huelga de manera violenta. El balance fue trágico: un centenar de muertos, doscientos heridos y dos mil detenidos.

El apoyo de los militares a la represión y la disolución de la Asamblea de Parlamentarios evitaron el colapso del régimen de la Restauración, al tiempo que facilitaron la solución a la crisis militar. En enero de 1918 se promulgó la Ley del Ejército, que atendió a las reivindicaciones castrenses.

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