jueves, 1 de enero de 2015

Dinastía Romanov

Familia reinante en Rusia desde el año 1613 hasta la Revolución Rusa de 1917. Era una familia nobiliaria de origen lituano, establecida en Moscú desde el siglo XIV. Tomaron su nombre de un ancestro del siglo XVI, Roman Yurev, cuya hija Anastasia casó con Iván IV, el Terrible.

Ganaron influencia durante los años de anarquía que siguieron a la muerte de Iván IV (1584). Y en 1613 una asamblea nobiliaria eligió rey al sobrino de Iván (y nieto de Román Yurev), Miguel III (1613-1645), con el cuál se inició la dinastía. Inicialmente no tenían una norma sucesoria establecida, de manera que se limitaron a seguir la costumbre de dejar el trono al primogénito del rey o al pariente varón más cercano. Así, a Miguel le sucedieron su hijo Alejo I (1645-1676) y su nieto Teodoro III (1676-1682).

Al morir Teodoro III tuvo lugar un conflicto sucesorio entre los descendientes de Alejo I, Pedro I el Grande (1682-1725) y sus hermanastros Iván V y Sofía. En 1689 Pedro I se impuso a ambos y a la guardia imperial que les apoyaba, e inició un reinado marcado por la expansión y modernización de Rusia. Fue el primer monarca en adoptar el título de Zar de todas las Rusias. Para impedir que se repitieran las luchas sucesorias y reforzar al poder real, Pedro I estableció que fuera el propio zar quien designara a su heredero (1722).

Pedro designó como sucesora a su esposa Catalina I (1725-1727); pero al morir ésta, el trono volvió al linaje Romanov en su hijo Pedro II (1727-1730) y en su sobrina-hija de Iván V - Ana Inavovna (1730-1740). La influencia alemana sobre Rusia, iniciada en tiempos de Pedro I, se acrecentó durante los reinados de Catalina y Ana, hasta el punto de que un alemán como Iván VI (1740-1741) se convirtiera en zar. Una vez más el trono volvió a los Romanov con la zarina Isabel (1741-1761), que era hija de Pedro I.

Con ella se extinguió el linaje y, aunque la dinastía conservó el nombre de Romanov, de hecho fue sustituida por la casa alemana de Holstein-Gottorp. El ascenso de ésta al trono de Rusia se produjo con el sobrino de Isabel, Pedro III (1761-1762), que se alió de inmediato con Federico II de Prusia. Pero una conspiración de la nobleza y del clero le obligó a abdicar, sucediéndole su esposa, Catalina II la Grande (1762-1796), que usurpó el trono arrebatándoselo a su propio hijo Pablo I (1796-1801); no obstante, le designó para sucederle en el trono. Y fue Pablo quién reguló definitivamente el orden sucesorio de la Corona rusa (1797). Murió asesinado por una conspiración que encabezaba a su hijo Alejandro I (1801-1825). Su hermano Constantino renunció a la sucesión, por lo que el trono recayó en manos de otro hermano, Nicolás I (1825-1855).

Luego se siguió el orden sucesorio normal de padres a hijos, con Alejandro II (1855-1881), Alejandro III (1881-1894) y Nicolás II (1894-1917). Éste fue el último zar de Rusia, destronado por la Revolución de febrero. Parece que abdicó poco después a favor de su hermano Miguel, pero que éste renunció al día siguiente. En todo caso, después de la Revolución de octubre, los bolcheviques asesinaron al grueso de la familia real en Ekaterimburgo (Urales) en 1918, salvándose algunos de los miembros de menor importancia que huyeron al extranjero.

-MISTERIO DE LA GRAN DUQUESA ANASTASIA ROMANOV 

Tras el destronamiento, los Romanov fueron exiliados en Ekaterimburgo (Rusia central).El 20 de mayo de 1918 fueron hechos prisioneros por los bolcheviques y llevados prisioneros a un pueblo cercano, Alapayevsk,En la noche del 16 de julio fueron encerrados en una bodega, allí los ejecutó un escuadrón mandado por Yakov Yukorovsky, los cuerpos se intentaron transportar en un camión hasta una mina, pero una avería hizo que se depositasen en una fosa donde arrojaron ácido sulfúrico para evitar identificaciones, aplanando posteriormente el terreno. El investigador Nikolai Sokolov realizó una indagación entre 1918 y 1919, que recogió en un informe de 7 volúmenes que sirvió de punto de referencia al respecto. Sin embargo, los restos permanecieron sin descubrir. Pero en abril de 1989, en una entrevista publicada en Moscow News, el director cinematográfico Geli Ryabov reveló que, junto al geólogo Alexander Avdonin, había localizado el lugar en Ekaterimburgo, a unos 10 kilómetros  del sitio descrito por Sokolov. En julio de 1991 Boris Yetsin autorizó la correspondiente exhumación y allí se encontraron más de 1000 fragmentos óseos correspondientes, según los estudios forenses, a 5 hembras y 4 varones, por lo que de tratarse de los Romanov, faltaban dos esqueletos. Los esqueletos hallados presentaban evidencias de maltrato antes de la muerte, orificios de balas en algunos cráneos, en 1992, Pavel Ivanov, experto ruso en análisis de huellas genéticas del ADN, pidió la colaboración del Dr. Peter Gill, y a fin de investigar el ADN nuclear y mitoconcrial de las muestras óseas. Se confirmó que correspondían a 4 varones y 5 hembras (tres de ellas niñas), siendo uno de los varones y una de las hembras los padres de las tres niñas. Ello reforzaba el relato de Yarovski de que faltaban los restos de Alexei y de una de las zarinas. Anna Anderson una inmigrante americana, fallecida en 1984, desde su lejana aparición en Berlín, no dejo de reclamar durante toda su vida que era la hija más pequeña del zar Nicolás II, la zarina Anastasia. Pero se demostró que Anna Anderson no tenía ninguna relación con la familia del zar, su ADN correspondía al de un inmigrante procedente de Pomerania, región que limita entre Polonia y Alemania. Anastasia Romanov fue ejecutada junto a su familia en Ekaterimburgo.






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