jueves, 21 de enero de 2016

Juan de Austria. Hijo de Carlos V y hermano de Felipe II

Don Juan de Austria nació el 24 de febrero de 1547 en Ratisbona (Alemania). Fue un militar español hijo del emperador Carlos V y de Bárbara Blomberg, una dama alemana cantante que actuaba en la corte, don Juan de Austria sirvió como soldado a su hermano y sucesor de Carlos V, Felipe II de España. Bautizado en realidad como Jerónimo, fue criado en Castilla y no conoció a su padre hasta que este le mandó llamar en su retiro de Yuste (Extremadura) en 1556. Fue Felipe II quien, siguiendo la indicación testamentaria de su padre, le reconoció como miembro de la familia real y le puso el nombre de Juan de Austria, otorgándole honores y rentas dignas de un infante (1559).

Completó su educación en la Universidad de Alcalá de Henares, pero rehusó dedicarse a la carrera eclesiástica. Su decidida vocación militar hizo que Felipe II le pusiera al mando de una escuadra para combatir a los piratas berberiscos en el Mediterráneo (1568); luego demostró sus dotes militares dirigiendo la represión de la sublevación de las Alpujarras en Granada (1569).

Aquel éxito le permitió culminar su carrera militar, al obtener el mando supremo de la flota de la Liga Santa que formaron España, Venecia, y el Papado contra los turcos otomanos (1570); frente a la estrategia defensiva que preconizaban sus consejeros más prudentes, don Juan de Austria impuso su criterio en buscar a la flota turca y hundirla, lo que consiguió en la batalla de Lepanto (1571).

El resonante éxito de Lepanto, puso fin al poderío turco en el Mediterráneo, avivó las ambiciones de Juan de Austria: Felipe tuvo que descartar prudentemente sus planes de aprovechar la situación para una gran expansión territorial por el Mediterráneo; también rechazó sus demandas de ser reconocido oficialmente como infante con tratamiento de alteza.

Quizá para poner fin a sus pretensiones, el monarca le envió como gobernador a los Países Bajos (1576), puesto enormemente difícil en el que ya habían fracasado tanto el duque de Alba como Luis de Requeséns; ambos fueron incapaces de poner fin a la rebelión protestante. Para convencer al insaciable don Juan de Austria, Felipe II le insinuó la posibilidad de lanzar más adelante una invasión a Inglaterra y colocarlo como rey de aquel país junto con María Estuardo.

Pronto comprendió don Juan lo inviable de aquel proyecto, mientras fracasaba día a día  en su intento de contener la rebelión de los Países Bajos. Poco consiguió con su compromiso de retirar los Tercios y de respetar las libertades flamencas a cambio de que los rebeldes reconocieran la fe católica y la soberanía española (Edicto Perpetuo de 1577).

Las intrigas que organizaba Antonio Pérez en la corte lo pusieron en peor situación con el rey, y los recursos que necesitaba (de hombres y de dinero) llegaban con parsimonia. Murió el 1 de octubre de 1578 en Namur (Países Bajos españoles), a causa del tifus contraído en una campaña militar. Don Juan de Austria tuvo dos hijas, María Ana de Austria y Juana de Austria.




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