viernes, 4 de diciembre de 2015

Japón. Feudalismo japonés, Revolución Meiji y el imperialismo japonés

- EL FEUDALISMO JAPONÉS DE LA ERA TOKUGAWA

La geografía será determinante para el Japón, el Imperio del Sol Naciente. Este es un Estado formado por multitud de islas, lo que facilitará el aislamiento respecto al mundo exterior.

Durante gran parte de su historia fue una sociedad cerrada, fuertemente jerarquizada, con estructuras claramente feudales y militarizadas. Ya en el siglo IX se documenta la existencia de los guerreros Samurais ("aquellos que sirven"), en la base de la jerarquía militar. Estos pequeños señores feudales controlan a campesinos y comerciantes de su feudo y deben fidelidad y obediencia ciega al Daimio, gran señor feudal. En la cima de la pirámide social se encontraba el emperador, de origen divino y de poder absoluto, que, recluido en su "jaula de oro" del palacio de Kyoto, delegó las riendas del gobierno en el Shogun, todopoderoso primer ministro y jefe militar supremo.

A mediados del siglo XVI un barco portugués naufragó en las costas del sur de Japón y será el primer contacto con Occidente. Poco tiempo después llegarán navíos españoles, portugueses, holandeses, y británicos, creándose entre ellos una fuerte rivalidad comercial que terminó con frecuencia en conflictos armados.

Junto con ellos llegaron los misioneros (jesuitas, franciscanos, dominicos...) que introdujeron el cristianismo en las islas. Decisiva fue la llegada de las primeras armas de fuego (arcabuces, cañones...) que revolucionaron las técnicas militares de los samurais, basadas en el uso de espadas (katana), arco, flecha, armadura y gran número de combatientes destacó el código de honor y valores del samurai como la honradez, honor, lealtad, cortesía... (Bushido japonés).

A principios del siglo XVII, tras derrotar a sus rivales, Tokugawa leyasu se hace con el poder e inicia la dinastía de Shogunes que lleva su nombre (1600-1868).

Se inicia un largo periodo de estabilidad y paz: Para mantener la fidelidad de los 276 daimios, los soghunes Tokugawa mantenían como rehenes a los hijos primogénitos de cada familia en Edo, Empezaron a ver con recelo las actividades comerciales y la difusión del cristianismo que practicaban los que ellos llamaban "bárbaros del sur". Temiendo una invasión y conquista por Occidente, decidieron eliminar violentamente a los seguidores de la nueva religión, ejecutando a miles de conversos, y cerraron sus puestos al comercio europeo, aunque siguieron los contactos con China y Corea. Durante dos siglos y medio Japón será un desconocido para Occidente.

A mediados del siglo XIX, norteamericanos, británicos y rusos, empujados por el deseo de abrir nuevos mercados, presionaron al Japón a terminar con su aislamiento. En 1853 los barcos de guerra norteamericanos del comodoro Perry amenazan con sus cañones la ciudad de Tokyo y obligan al Japón a abrir sus puertas y a firmar los "Tratados Desiguales" comerciales con Occidente. Un grupo de daimios y samurais descontentos con la situación, convencen al emperador para que asuma directamente el poder. Al poco tiempo y tras una guerra civil, el último shogun Tokugawa renuncia y da comienzo la Era Meiji ("Gobierno iluminado") en 1868 con el emperador Mutsu-Hito (1867-1912).

- REVOLUCIÓN MEIJI: INDUSTRIALIZACIÓN E IMPERIALISMO JAPONÉS

Es esta una revolución desde arriba en la que, al revés que en la Revolución norteamericana o francesa, no participó el pueblo. El nuevo régimen abolió el sistema feudal de samurais e inició, muy rápidamente, un sistemático proceso de occidentalización y una intensa industrialización, surgiendo un Estado moderno y centralizado.

La autoridad del divino emperador sigue siendo absoluta e indiscutibley el respeto por las viejas tradiciones es inamovible. No obstante el emperador se rodea de un Consejo Político Supremo que le asesora; hay un poder legislativo bicameral, un poder ejecutivo con seis ministros y un Consejo Jurídico. Se promulga una Constitución y surgen los partidos políticos. Esta división de poderes e instituciones que rodea al emperador, pero que jamás discute su autoridad, hace que estemos ante un "absolutismo democrático".

Se adoptan las costumbres y modas europeas en la indumentaria y peinado. La tradición no se olvida pero queda relegada a la vida privada (uso de kimono, ceremonia del té...).

Se realiza una extensa reforma agraria, que otorga las tierras a los campesinos que habían pagado impuestos al daimio local. Se mecaniza la agricultura del arroz incrementando la productividad.

En los primeros momentos el Estado interviene y dirige la economía y funda empresas industriales en diversas ramas: minera, textil, seda, astilleros y ferrocarriles. Aún no existe un empresariado con experiencia que tome la iniciativa, como sucederá a principios del siglo XX, donde ya encontramos un capitalismo financiero privado con empresas gigantes: Mitsubishi, Yasuda, Satsuma que tuvieron su origen en los antiguos daimios feudales.

La tradicional disciplina hacia el señor feudal, se aplica ahora en el trabajo en las fábricas, logrando altísimos índices de productividad. Los salarios industriales son bajos, con lo que el beneficio estatal o empresarial es alto. Se produce una acumulación de capital que se dedicará a la innovación y a la investigación para aplicar a la industria. Se envía a sus técnicos a Occidente a estudiar, y muchas veces copiar técnicas, productos y métodos de producción. De Europa y Estados Unidos se atraen, con elevadísimos salarios, a técnicos, científicos y profesionales muy cualificados para que se transmitan sus conocimientos y experiencia a estudiantes y a empresarios locales deseosos de aprender.

La necesidad de instalar los excedentes de su elevada población, así como la urgencia de hallar nuevos mercados para sus productos industriales y la agobiante necesidad de materias primas, empujarán al Japón Meiji a una expansión territorial imperialista que le llevará a guerras con sus vecinos rusos y chinos primero y con británicos y norteamericanos más tarde durante la Segunda Guerra Mundial en Asia (1941-1945).



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