sábado, 21 de marzo de 2015

Juana I de Castilla (La Loca) y Felipe I de Castilla (El Hermoso)

-JUANA I DE CASTILLA (LA LOCA)

 Juana I, la Loca, segunda hija de los Reyes Católicos, nació en Toledo el 6 de noviembre de 1479.

     Sus padres, con una política matrimonial diseñada, planificaron su boda con el archiduque Felipe, el Hermoso, primogénito de Maximiliano de Austria y María de Borgoña, con quien se casó el 20 de octubre de 1496 en la colegiata de San Gumaro de la ciudad de Lierre. Aunque desde el principio existió una atracción entre ambos, Felipe no cambió su actitud conquistadora y sus devaneos con damas de la corte eran conocidos públicamente, de ahí los enfrentamientos con su mujer que no aceptaba la infidelidad. Del matrimonio entre Felipe y Juana nacieron seis hijos: Leonor, Carlos, Isabel, Fernando, María y Catalina.

     Tras la muerte de sus hermanos Juan e Isabel, y su sobrino Miguel de Portugal en 1500, Juana se convirtió en la heredera de Castilla y Aragón. A pesar de que sus problemas de enajenación mental y las tendencias francesas de su marido, su madre Isabel la nombró heredera en su testamento, aunque especificó que, en caso de ausencia o incapacidad, administrase el reino Fernando el Católico hasta la mayoría de edad de su nieto, el futuro Carlos I.

     La reina Isabel moría en 1504 y en su testamento nombraba a su hija Juana como reina propietaria de Castilla y León. Fernando tenía esperanzas de conservar el Gobierno en nombre de su hija, pero la actitud de una parte de la nobleza castellana, que se acercó a Felipe -quien alegaba una supuesta locura de Juana para incapacitarla de sus funciones y quedarse él como regente-, le obligó a retirarse a Aragón. Durante algún tiempo Felipe el Hermoso gobernó en Castilla pero la noticia de su muerte agravó el desequilibrio mental de Juana por lo que Fernando asumió nuevamente el Gobierno de Castilla en 1506. Juana no deseaba el Gobierno del reino y mandó llamar a su padre para que se hiciera cargo de los asuntos de Estado como regente de Castilla.

 Tras la muerte de Felipe el Hermoso y ante las evidentes muestras de enajenación mental de Juana -no se cambiaba la ropa ni se aseaba e iba acompañada del féretro de su esposo- se decidió recluirla en Tordesillas en 1509, donde llevó una vida de retiro que acrecentó aún más su problema mental hasta que falleció, 46 años después, el 12 de abril de 1555.

     Durante todo este tiempo, su padre, Fernando el Católico, asumió la regencia y tras su muerte, en 1516, su nieto Carlos se convirtió en rey aunque Juana siguió siendo la reina, y como tal aparecía en todos los documentos.

-FELIPE I DE CASTILLA (EL HERMOSO)

El 22 de junio de 1478 nacía en Brujas, el archiduque Felipe, hijo del emperador alemán Maximiliano de Habsburgo y de María de Borgoña.




     Felipe, conocido como el Hermoso se casó en 1496 con Juana La Loca, hija de Isabel I de Castilla y de Fernando II de Aragón, los Reyes Católicos. A pesar de ser una boda política, Felipe y Juana se atrajeron desde el principio. Pero el matrimonio no impidió que Felipe frenase su afición a los devaneos amorosos, provocando los celos de Juana y los enfrentamientos por ello de la joven pareja.

     Al morir la reina Isabel La Católica en 1504, su esposa Juana fue nombrada reina y propietaria de Castilla y León. A Felipe el matrimonio le había reportado la concesión de títulos nobiliarios, aun así deseaba tener más poder y pretendía hacerse con el gobierno que le pertenecía a su esposa. Para ello alegó su enajenación mental, pero en el testamento se decía que en el supuesto de la incapacidad de Juana para asumir sus funciones sería su padre Fernando quien lo hiciese. Desde este momento se produjeron enfrentamientos entre Felipe y su suegro Fernando por hacerse con la regencia.


     Fernando tenía esperanzas de conservar el gobierno en nombre de su hija, pero la actitud de una parte de la nobleza castellana, que se acercó a Felipe -quien alegaba una supuesta locura de Juana para invalidarla de sus funciones y quedarse él como regente-, le obligó a retirarse a Aragón. Solamente regentaría la Corona desde abril hasta septiembre de 1506 ya que a principios de septiembre, Felipe, muy aficionado al deporte, bebió agua helada mientras jugaba un partido de pelota provocándole una fiebre de la que nunca se recuperó hasta que el día 25 de septiembre de 1506 fallecía, sospechándose que pudo haber sido envenenado, cosa que no se pudo probar. Un cortejo encabezado por la reina se trasladó hacia Granada, viajando siempre de noche y alejándose en lugares donde las mujeres no pudiesen tener contacto con el cortejo, lo que aumentó las noticias de la locura de doña Juana. 

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