Hacia finales de la Edad Media, existía un cierto malestar en amplias capas de la sociedad por el rumbo que había tomado la Iglesia.
Entre los motivos de descontento cabe citar: el lujo exagerado en el que vivía la alta jerarquía eclesiástica; la escasa cultura y la relajación de las costumbres del clero; la compraventa de cargos eclesiásticos no por vocación religiosa sino para obtener beneficios económicos, y la venta de bulas e indulgencias para obtener el perdón de los pecados.
Algunos humanistas, como Erasmo de Rotterdam, criticaron la generalización de todas estas prácticas abusivas y defendieron una religiosidad más íntima basada en la lectura de la Biblia.
Pero el enfrentamiento que llevó a la división de la Iglesia se produjo en 1515, a raíz de la orden del papa León X de poner a la venta nuevas indulgencias para sufragar la construcción de la iglesia de San Pedro del Vaticano.
-LA RUPTURA DE MARTÍN LUTERO
Martín Lutero inició sus críticas a la Iglesia en 1517 con la publicación de Las 95 tesis contra la doctrina católica y la jerarquía eclesiástica.
En ellas, Lutero negaba el valor de las indulgencias y el poder de la Iglesia para concederlas, y proponía una nueva espiritualidad religiosa.
Lutero fue apoyado por los príncipes y nobles alemanes, deseosos de hacerse con las propiedades de la Iglesia y de reforzar su autoridad frente al emperador Carlos I de España y V de Alemania y el Papa.
La Reforma luterana se fundamenta en tres principios básicos: la salvación por la fe y no por las buenas obras, el sacerdocio universal, y la autoridad de la Biblia. Por tanto, cada creyente se convierte en su propio sacerdote e interpreta libremente la Biblia según su conciencia individual, sin someterse a la interpretación de la Iglesia.
La doctrina de Lutero o luteranismo se difundió rápidamente por toda Alemania, Suecia, Dinamarca, Noruega, Países Bajos, Inglaterra y Suiza.
-EL PROTESTANTISMO EN EUROPA
Casi al mismo tiempo que el luteranismo, surgieron nuevas doctrinas reformistas como el calvinismo y el anglicanismo.
- El calvinismo se propagó en Suiza de la mano de Juan Calvino. Poseía un carácter más radical que el luteranismo y defendía que solo algunas personas están predestinadas para alcanzar la salvación, mientras todos los demás serán condenados según la doctrina de la predestinación (el plan de Dios mediante el cual escogió a sus hijos antes de la creación del mundo).
Para el calvinismo, el trabajo forma parte de la virtud moral y el éxito en los negocios se asocia a la gracia divina.
El calvinismo se difundió por Francia (hugonotes) e Inglaterra (puritanos). En Escocia, John Knox fundó la iglesia presbiteriana, basada en las ideas calvinistas de la predestinación.
- El anglicanismo surgió en Inglaterra de la mano del monarca Enrique VIII, cuando el papa Clemente VII se negó a concederle la anulación de su matrimonio con Catalina de Aragón, quinta y última hija de los Reyes Católicos.
Entonces, y mediante el Acta de Supremacía en 1534, el monarca rompió con la Iglesia de Roma y fundó la Iglesia anglicana, además, se autoproclamó jefe supremo de la Iglesia de Inglaterra. La jerarquía eclesiástica quedó sometida al Estado, pero se mantuvieron muchos de los dogmas católicos y se conservó el culto solemne.
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