Felipe II, el Prudente, nació en Valladolid el 21 de mayo
de 1527, hijo del emperador Carlos V y de Isabel de Portugal. Ya desde muy
joven fue preparado para ser rey; de ello se encargaron Juan Martínez Silíceo y
Juan de Zúñiga. Su padre también le educó y preparó en política y diplomática,
dejándole como regente durante sus ausencias en 1543 y 1551.
Asumió el trono español tras la abdicación de Carlos I en 1556 y hasta 1598 gobernó el vastísimo imperio integrado por Castilla, Aragón, Cataluña, Navarra, Valencia, el Rosellón, el Franco-Condado, los Países Bajos, Sicilia, Cerdeña, Milán, Nápoles, Orán, Túnez, Portugal y su imperio afroasiático, toda la América descubierta y Filipinas.
Asumió el trono español tras la abdicación de Carlos I en 1556 y hasta 1598 gobernó el vastísimo imperio integrado por Castilla, Aragón, Cataluña, Navarra, Valencia, el Rosellón, el Franco-Condado, los Países Bajos, Sicilia, Cerdeña, Milán, Nápoles, Orán, Túnez, Portugal y su imperio afroasiático, toda la América descubierta y Filipinas.
Después de viajar por Italia, los Países
Bajos y ser reconocido como sucesor regio en los Estados flamencos y por las
Cortes castellanas, aragonesas y navarras, se dedicó plenamente a gobernar
desde la Corte madrileña con gran empeño.
La monarquía de Felipe II se apoyaba en un
gobierno de consejos, secretarios reales y una poderosa administración
centralizada aunque las bancarrotas, las dificultades económicas y los
problemas fiscales fueron las principales características del reinado.
Los problemas internos del reinado de Felipe
II están marcados principalmente por dos hechos: la muerte en 1568 del príncipe
heredero Carlos, que había sido arrestado debido a sus contactos con los
miembros de una presunta conjura sucesoria promovida por parte de la nobleza
contra Felipe. La figura del secretario Antonio Pérez fue muy notoria en el
Gobierno hasta que fue destituido y acusado de corrupción.
En política exterior, el monarca se preocupó
en mantener y proteger su Imperio; prueba de ello fueron los matrimonios que
contrajo: se casó por primera vez con María de Portugal en 1543 y tras su
muerte, con María I Tudor, reina de Inglaterra, en 1554. Su tercer matrimonio
fue con la francesa Isabel de Valois en 1559 y al quedarse nuevamente viudo y
sin herederos varones, se casó por cuarta vez, en 1570, con su sobrina Ana de
Austria, madre del sucesor al trono español, Felipe III.
La unidad religiosa estuvo muy presente en
todos los aspectos de la vida de Felipe II, unidad de una fe que se veía
amenazada por las incursiones berberiscas y turcas en las costas mediterráneas.
Para hacer frente al Imperio Otomano se constituyó la llamada Liga
Santa integrada por una serie de Estados como Venecia, Génova y el
Papado.
En 1565, a pesar de la victoria frente a los
berberiscos en Malta, continuó la hostilidad con los otomanos. Don Juan de
Austria, al mando de la flota naval, obtuvo una gran victoria, aunque no la
definitiva, en la batalla de Lepanto en 1571. En el interior peninsular también
se produjeron sublevaciones moriscas como, por ejemplo, en las Alpujarras
granadinas.
Durante su reinado, Felipe II tuvo que afrontar numerosos
conflictos externos: España luchó con Francia por el control de Nápoles y el
Milanesado; y debido al elevado gasto económico de estas pugnas, pactaron la
paz en Cateau-Cambrésis en 1559.
Las relaciones con Inglaterra y la lucha de
ambos países por el control marítimo chocaron a partir de la muerte de la
esposa de Felipe II, María Tudor. La hostilidad concluyó en 1588 con la derrota
de la Armada Invencible, capitaneada por el duque de Medina-Sidonia, hecho que
marcó el inicio del declive del poder naval español en el Atlántico.
Tampoco pudo solucionar el conflicto
político-religioso generado en los Países Bajos. Ninguno de sus gobernadores
consiguió mitigar la sublevación de los Estados Generales y la definitiva
emancipación de Holanda, Zelanda y el resto de las Provincias Unidas.
A pesar de todos estos problemas, Felipe II
logró un gran triunfo político al conseguir la unidad ibérica con la anexión de
Portugal y sus dominios, al hacer valer sus derechos sucesorios en 1581 en las
Cortes de Tomar.
Completó la obra unificadora iniciada por los Reyes Católicos.
Se apartó la nobleza de los asuntos de Estado, siendo sustituida por
secretarios reales procedentes de clases medias al mismo tiempo que se dio
forma definitiva al sistema de Consejos. Se impuso prerrogativas a la Iglesia,
se codificaron leyes y se realizaron censos de población y riqueza económica. Vivió
en San Lorenzo de El Escorial, también Felipe II ordenó que construyeran el monasterio.
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