Carlos II, llamado también el Hechizado, nació el 6 de
noviembre de 1661. Era hijo de Felipe IV y de Mariana de Austria. A la muerte
de su padre heredó todas las posesiones de los Austrias españoles, entre ellas
Sicilia.
Fue rey de España de 1665 a 1700. De constitución enfermiza, débil y
de poca capacidad mental, hasta 1675 ejerció la regencia su madre, quien confió
el gobierno a validos, al jesuita alemán Nithard hasta 1669 y a Fernando de
Valenzuela. De 1677 a 1679 gobernó Juan José de Austria, enemigo de la reina
madre, y posteriormente, hasta 1685, el duque de Medinaceli y el conde de
Oropesa.
A la edad de 18 años Carlos II se casó en
primeras nupcias con María Luisa de Orleans, hija del Duque Felipe de Orleans,
hermano de Luis XIV y de Enriqueta Ana de Inglaterra. Diez años más tarde murió
la reina y en 1690 tuvo lugar el segundo matrimonio del monarca con Mariana de
Neoburgo, hija del elector Felipe Guillermo del Palatinado, Duque de Neoburgo.
Carlos II no tuvo descendencia con ninguna de sus dos mujeres, dando lugar al
problema sucesorio que trajo como consecuencia el final de la dinastía de los
Austrias españoles.
Los años últimos del reinado de Carlos II estuvieron marcados por la locura
del monarca, producto de las presiones políticas y las intrigas palaciegas, y
por el problema sucesorio, como consecuencia de la inexistencia de hijos. Ante
esta última cuestión se avivó una pugna por hacerse con el trono y con su
herencia. En un principio, el candidato designado era José Fernando
Maximiliano, hijo del elector de Baviera, pero éste falleció en 1699, y volvió
a presentarse el problema de elegir entre el archiduque Carlos, hijo del
emperador Leopoldo y biznieto de Felipe III, y Felipe de Anjou, nieto de Luis
XIV y biznieto de Felipe IV.
Esto provocó una contienda por la sucesión al
trono español en la que intervinieron las principales potencias europeas. La
Corte se dividió en dos bandos, por un lado la reina apoyaba al candidato
austríaco, y por otro Carlos quien pensaba que sólo el apoyo de Francia podía
asegurar la conservación de la monarquía en toda su integridad territorial.
Todo esto le hizo decidirse por Felipe, y sin ceder a presiones mantuvo su
elección hasta el final dejándolo por escrito el 2 de octubre de 1700 en el
testamento que hizo un mes antes de su muerte.
Por tanto, Carlos II expiraba en Madrid, a la
edad de cuarenta años, dejando un testamento sucesorio que provocaría una
guerra, la Guerra de Sucesión que daría paso a una nueva dinastía en la
monarquía de España, la de los Borbones.
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