1ª ETAPA: VERANO DE 1936.ESPAÑA DIVIDIDA EN DOS ZONAS
La sublevación militar encabezada por Franco empezó en Canarias y en las ciudades españolas de Marruecos. El 18 de julio se extendió a la Península con resultados desiguales según las regiones. La Marina y la Aviación permanecieron fieles a la República. Allí donde los militares sublevados tomaron el mando se desencadenó una fuerte represión contra republicanos e izquierdistas (rojos): un ejemplo de ello fue el asesinato del poeta Federico García Lorca.
En más de la mitad de España, el pueblo, una vez consiguió armas, derrotó a los golpistas y desencadenó una verdadera revolución en la que las organizaciones socialistas o anarquistas tomaron el poder efectivo. El gobierno de la República perdió el control. Anarquistas, socialistas y comunistas ocuparon los latifundios, se incautaron de las industrias y se hicieron cargo de los servicios públicos. Terratenientes, patronos y eclesiásticos eran víctimas de la furia popular.
La Sociedad de Naciones aprobó la no intervención, lo que significaba que los países democráticos no ayudarían a la República. Solo la URSS ayudó con armamento. Sin embargo, la República fue capaz de despertar la solidaridad de miles de voluntarios de países democráticos que formaron las Brigadas Internacionales y vinieron a España a luchar contra el fascismo.
Desde el primer momento, Franco contó con la ayuda de Hitler y Mussolini. Alemania proporcionó aviones (la Legión Cóndor) e Italia mandó unos 80.000 soldados.
2ª ETAPA: AGOSTO - OCTUBRE DE 1936. EL AVANCE FRANQUISTA
Con ayuda de la Legión Cóndor, el ejército de Marruecos cruzó hacia la Península y avanzó rápidamente por Andalucía occidental y Extremadura en dirección a Madrid. Miles de refugiados llegaron a la capital huyendo del avance franquista.
3ª ETAPA: NOVIEMBRE DE 1936 - MARZO DE 1937. EL ÉXITO REPUBLICANO
El gobierno de la República se reorganizó incluyendo a todos los partidos izquierdistas y nacionalistas vascos y catalanes. El socialista Largo Caballero fue su presidente. Los anarquistas, ante la gravedad de la situación, aceptaron incorporarse y renunciaron a sus principios de no colaborar con ningún Estado. El 6 de noviembre, con el ejército franquista a las puertas de Madrid, el gobierno tuvo que desplazarse a Valencia.
Todo el mundo anunciaba la caída de la capital en manos franquistas, pero el pueblo resistió. En la batalla de Madrid destacó la organización de los comunistas, y llegaron a tiempo los tanques soviéticos y las Brigadas Internacionales. La moral del ejército republicano aumentó y en los meses siguientes derrotó al bando nacional en las batallas del Jarama y Guadalajara.
Madrid resistió hasta el final de la guerra, dos años después. Franco, al no poder conquistarla, dirigió sus esfuerzos a conquistar el norte de España, desde Asturias a Bilbao. En abril de 1937 se produjo el bombardeo de Guernica por aviones Junker alemanes (Legión Cóndor).
4ª ETAPA: MAYO DE 1937 - ABRIL DE 1939. HACIA LA DERROTA DE LA REPÚBLICA Y LA VICTORIA FRANQUISTA
Los éxitos de la República duraron poco porque surgieron graves luchas entre comunistas y anarquistas. Un nuevo gobierno de corte comunista fue presidido por el socialista Juan Negrín.
El ejército franquista tomó de nuevo la iniciativa. En marzo de 1938, avanzó por Teruel y consiguió aislar Cataluña del resto de la España republicana. En el verano, se inició la decisiva Batalla del Ebro. El ejército republicano trató, durante más de dos meses, de que los franquistas no cruzaran dicho río y avanzaran sobre Cataluña, pero en noviembre fue definitivamente derrotado.
En enero de 1939, Franco avanzó por Cataluña y Barcelona cayó sin apenas resistencia. Miles de españoles huyeron a Francia. El resto de la España republicana no podía resistir más: Madrid cayó el 29 de marzo de 1939.
El 1 de abril sería el día de la victoria franquista y el final de la guerra. Se calcula que se produjeron medio millón de muertos y quizás otros tantos españoles tuvieron que tomar el camino del exilio.
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